Sabor y diseño. Está claro que hoy en día hay mucha competencia gastronómica y que un buen sabor no es la única clave para destacar sobre los demás. Unos jóvenes argentinos vinieron a Málaga con mucha ilusión de futuro. Abrieron una pequeña heladería en una antigua zapatearía. Tras un tiempo abierto nos contactaron con la idea de mejorar la estética de su negocio, para lograr atraer a una mayor clientela.

El diseño de un local comercial, por lo general, deja más juego a la imaginación que una vivienda. Pero en este caso teníamos el hándicap económico. Nuestros clientes quería un bonito diseño con escaso presupuesto. Nuestro estudio de diseño debía adaptarse a sus necesidades y presupuesto.

Estos son los retos más difíciles y más satisfactorios para nosotros. Un diseño low cost, capaz de emocionar y atraer consumidores. Un diseño que mezcla estilo nórdico, estilo industrial y natural. Nos basamos en decoración con madera, plantas y elementos reciclados. Reutilizamos cajas de fruta, lijando y pintando, formamos un mostrador hecho con palets y cojimos ¡cono de helados como lámparas!. El resultado fue una heladería con un diseño colorido y acogedor.

En este caso no nos podíamos permitir una reforma integral del local, así que todo debía ser una decoración superficial, que permitiera un posible desmontaje y reutilización de los elementos decorativos en otro local.

Durante el proyecto de diseño, nuestros clientes pudieron ver gracias a una infografía 3d como iba a quedar. Ver como sus caras se transforman en asombro es para nosotros una gran satisfacción. Que el cliente se emocione con el diseño del espacio de su futuro comercio, nos hace sentirnos realizados y coger con mayor fuera futuros proyectos de interiorismo.

 ¡Un proyecto lleno de emoción y diseño! ¿Quién puede pedir más?