Hoy os traemos un nuevo proyecto en el que nos ha hecho especial ilusión poder participar porque nuestra clienta se acababa de comprar su primera casa y confió en nosotros para reformarla a su gusto. Ya sabéis que nosotros creemos en el diseño de interiores emocional y la emoción que se siente al comprarse una casa es inexplicable.

Pero el reto no era solo adaptar la vivienda a los gustos de la nueva propietaria, además había que crear un ambiente muy confortable y acogedor, puesto que ellos teletrabajan y van a pasar gran parte del tiempo en casa.

Tras varias charlas conseguimos entender sus necesidades y gustos para darle la personalidad que necesitaba la casa.

Como en todos nuestros proyectos, nos gusta potenciar la luminosidad, por ello tomamos la decisión de derribar el muro del salón para conseguir ganar espacio, luminosidad, y suprimir un pasillo oscuro que no aportaba nada al hogar.

En cuanto a la distribución de los espacios, se decidió destinar una de las habitaciones a despacho y la otra dejarla como habitación de invitados.

Para la nueva decoración escogimos el color blanco como predominante en las paredes, pero con toques de color y diversión gracias al papel pintado. Por otro lado, para el suelo, los muebles y los elementos decorativos escogimos la madera como material predominante. Una madera de un tono suave que combinaba a la perfección con los muebles y colores escogidos.

Finalmente, el cambio ha sido radical, solo con una modificación de construcción, que fue el derribo del muro del salón. El resto del proyecto ha sido a base de imaginación con el objetivo de conseguir espacios únicos que se adaptaran al estilo de vida de los clientes.